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Observado el Sol cenital en Tonantzintla. ¿Un día sin sombra?

 

Un fenómeno astronómico muy interesante fue observando en el INAOE, nos referimos al tránsito cenital del Sol, el cual ocurre cuando nuestro astro pasa por el cenit del observador; es decir por el punto más alto del cielo. Este fenómeno ocurre, para las latitudes ubicadas entre los trópicos de Cáncer y Capricornio, solo dos veces al año, cuando la declinación del Sol (coordenada astronómica que indica la distancia angular entre una estrella y el ecuador celeste)  es igual a la latitud geográfica del observador. Durante los pasos cenitales, el Sol no proyecta sombra lateral alguna.

La eclíptica, que representa el cambio aparente de la posición del Sol en la esfera celeste en el transcurso de un año, está inclinada bajo un ángulo de 23.4 grados con respecto al ecuador celeste. Esto significa que  los valores de la declinación del Sol varían entre +23.4 y -23.4 en un año. Estos valores coinciden con las latitudes de los trópicos de Cáncer y Capricornio, respectivamente. Esto significa que para las localidades, en la superficie de la Tierra, que están al norte del trópico de Cáncer y al sur del trópico de Capricornio, no ocurre el paso cenital del Sol. En el ecuador, ocurren los días de equinoccio y en los trópicos, el sol cenital ocurre una sola vez al año, el día del solsticio de verano para cada hemisferio.

Para la población de Santa María Tonantzintla, el paso cenital tuvo lugar el 15 de mayo, a las 12:29 horas de tiempo local. El segundo paso cenital del Sol ocurrirá el 27 de julio. Este evento astronómico fue observado en el telescopio solar del INAOE, por parte del Dr. David Iturbe y su grupo de estudiantes. También fue verificado en el reloj de Sol horizontal que se encuentra enfrente del edificio “Enrique Chavira”, donde se observa, que durante el paso cenital, el gnomon del reloj no produce sombra sobre su plano horizontal.

El paso cenital del Sol fue un evento astronómico sumamente importante en Mesoamérica, porque, entre otras cosas, servía para sincronizar los calendarios civiles y rituales. En varias zonas arqueológicas del país existen observatorios cenitales que servían para verificar la ocurrencia de este evento astronómico.

Uno de los ejemplos más notables es el observatorio cenital que se encuentra en la “Cueva de los Amates” o “Gruta del Sol”, en Xochicalco, Morelos. El observatorio es un ducto hexagonal, labrado en el techo de una cueva que permite la entrada de los rayos del Sol al interior de la gruta durante cierta época del año. La primera entrada del Sol en el tubo cenital ocurre el 29 de abril, 52 días después tiene lugar el solsticio de verano; mientras que la última entrada ocurre el 13 de agosto, 52 días después del solsticio de verano. A partir de este día comienza el período de invisibilidad del disco solar en la cueva de los amates que tiene una duración de 260 días, la duración del calendario ritual prehispánico.  Además, el 52 es un número muy importante en la calendárica mesoamericana, porque 52 períodos de 365 días (la duración del calendario solar) son equivalentes a 73 períodos de 260 días. En la época prehispánica, un día tenia su denominación en el calendario ritual (13 grupos de 20 días) y en el calendario solar (18 grupos de 20 días + 5 días aciagos). En un período de 18,980 días (52x365=73x260) coincidían nuevamente los nombres de un día en ambos calendarios.  La entrada cenital de la luz del Sol en la cueva de los amates tiene lugar los días 15 de mayo y 29 de julio.

Tomado de Johana Broda, 1982. Astronomía Moderna e Historia de la Ciencia. III. Arqueoastronomía y desarrollo de las ciencias en el México Prehispánico.

Última actualización:
17-05-2024 a las 19:55 por Guadalupe Rivera Loy

 

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